De forma esquemática, los síntomas que presenta la enfermedad de Sjögren se pueden dividir en tres grandes grupos:
1. Afectación glandular (se produce por la lesión de las glándulas exocrinas).
2. Afectación extraglandular (producida por la lesión de otros órganos).
3. Síntomas de afectación del estado general del paciente.
La afectación glandular incluye los síntomas de sequedad de las glándulas que dejan de funcionar (boca seca, ojo seco, vagina, piel, etc.) y la inflamación de las principales glándulas que fabrican la saliva (parótidas y submaxilares)
La afectación extraglandular es la más grave, sólo afecta a una parte pequeña de los pacientes (entre el 10-15%). La afectación puede ocurrir en cualquier órgano, siendo las más frecuentes la artritis, las lesiones en la piel, el fenómeno de Raynaud (manos que se ponen blancas y azules con el frío), y las más graves, la afectación del riñón, los pulmones, el páncreas o el sistema nervioso.
Estas manifestaciones internas a veces dan pocos síntomas y suelen preocupar más al médico especialista en Sjögren que al paciente, ya que para él, los síntomas más frecuentes y persistentes son la sequedad y los síntomas generales, de allí la importancia del seguimiento y de los controles periódicos que deben tener.
Los síntomas generales suelen ser los más complejos porque incluyen cansancio, dolor generalizado en todo el cuerpo, articulaciones y músculos, fiebre y depresión. Son síntomas muy frecuentes en la población general que pueden tener causas muy variadas (no sólo el Sjögren). Po esa razón, estos síntomas siempre deben ser evaluados junto a los otros dos grupos de afectaciones.
De acuerdo a la Encuesta realizada por la Asociación Española Síndrome de Sjögren en los años 2019-2020 estos fueron los síntomas más frecuentes: