Diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Sjögren
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El diagnóstico de Sjögren puede ser complejo ya que sus síntomas varían entre pacientes y suelen evaluarse por separado. No existe una prueba única para confirmar el diagnóstico y los especialistas deben combinar la historia clínica, el examen físico y diversas pruebas específicas.
Por otro lado, el tratamiento de la enfermedad Sjögren depende de los síntomas y requiere un equipo multidisciplinar: reumatólogos, internistas y otros especialistas colaboran en el manejo de cada caso. Además, el médico de atención primaria desempeña un papel muy importante, al facilitar el seguimiento y la comunicación entre el paciente y los diferentes especialistas implicados.
Veamos en profundidad el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad Sjögren.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Sjögren?
El diagnóstico de Sjögren requiere un enfoque integral que combine la historia clínica, exploraciones físicas y una serie de pruebas especializadas.

Historia clínica detallada
La historia clínica es fundamental para determinar los posibles indicios de la enfermedad. Incluye:
- Cronología y descripción de los síntomas (sequedad ocular, sequedad bucal, fatiga, dolor articular y muscular).
- Duración de los síntomas y posibles desencadenantes.
- Medicación actual y condiciones previas.
- Cambios en el estado de ánimo o ansiedad relacionados con los síntomas.

Exploración física completa
Una revisión exhaustiva incluye:
- Evaluación de ojos y boca para detectar sequedad.
- Revisión de ganglios y glándulas salivales.
- Palpación de órganos.

Pruebas de laboratorio e inmunología
El análisis de sangre completo que incluye inmunología es para evaluar la necesidad de realizar pruebas de estudio específicas de la enfermedad. Las principales pruebas inmunológicas determinan la presencia de:
- Anticuerpos Antinucleares (ANAs): presentes en el 90% de los pacientes.
- Factor Reumatoide (FR): indicativo de una enfermedad reumatológica como la Artritis Reumatoide (AR), Lupus (LES) y Sjögren (SS). Tampoco confirma la enfermedad, pero un positivo aumenta el riesgo de tener Sjögren.
- Anti-Ro (SS-A) y Anti-La (SS-B): principales marcadores para Sjögren. Hasta el 80% de los pacientes son positivos para Ro y el 40% son positivos para La. Sin embargo, estos anticuerpos también los pueden tener pacientes con otras enfermedades autoinmunes como lupus, miositis o esclerodermia. Actualmente, está considerado como el principal marcador inmunológico de la enfermedad.
- Velocidad de Sedimentación Globular (VSG): mide inflamación activa.
- Crio globulinas: detectadas en el 10% de los casos.
- Complemento C3, C4: disminuidos en un 15% de los pacientes.

Pruebas para estudiar la funcionalidad de las glándulas salivales
Estas pruebas evalúan el estado de las glándulas salivales y lacrimales:
- Exploración oftalmológica: mide la sequedad ocular y posibles lesiones.
- Flujo salival: determina la cantidad de saliva producida en un periodo de tiempo.
- Gammagrafía salival: analiza el funcionamiento de las glándulas salivales mayores mediante contraste intravenoso.
- Ecografía: evalúa la estructura de las glándulas salivales de forma rápida e indolora.
- Biopsia de glándula salival menor: confirma la presencia de infiltración linfocitaria. Es especialmente útil en casos complejos y debe ser realizada por expertos.
En cuanto a la gammagrafía, es importante que los pacientes comprendan que los grados de esta prueba no reflejan el nivel de gravedad de la enfermedad. Según la clasificación de Schall, hay cuatro grados en el funcionamiento de las glándulas: el Grado I es un funcionamiento normal, mientras que el Grado IV refleja mayor alteración. Esta prueba evalúa cómo funcionan las glándulas. No clasifica la enfermedad en sí.

Aplicación de los criterios ACR/EULAR 2016
El diagnóstico se realiza mediante la integración de los resultados de estas pruebas según los criterios internacionales ACR/EULAR 2016. En algunos casos, pacientes que no cumplen con estos criterios pueden ser diagnosticados por expertos con amplia experiencia en la enfermedad.
Tratamiento de la enfermedad de Sjögren
El tratamiento de la enfermedad de Sjögren se adapta a las necesidades de cada paciente y su gravedad. Existen tres enfoques principales: tratamiento no farmacológico, farmacológico y nuevas terapias. A continuación, detallamos cada uno de ellos.
Tratamiento no farmacológico
El estilo de vida del paciente juega un papel determinante en el control de la enfermedad. Las recomendaciones incluyen:
Controlar el estrés
Aprender a gestionarlo adecuadamente.
Dormir lo necesario
Garantizar un descanso efectivo según las necesidades de cada persona.
Hacer ejercicio regularmente
Actividades como aeróbicos, fuerza o marcha nórdica son beneficiosas.
Seguir una dieta equilibrada
Se recomienda la dieta mediterránea.
Evitar sustancias tóxicas
Como tabaco, alcohol y drogas.
Cuidados para los síntomas secos
Evitar tratamientos que empeoren la sequedad, como diuréticos, antihipertensivos, antidepresivos y antihistamínicos. Si su uso es imprescindible, debe evaluarse junto al médico los beneficios y posibles efectos adversos.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico está enfocado en aliviar los síntomas secos y manejar las complicaciones sistémicas.
Medicamentos para la sequedad
- Pilocarpina (Salagen®): para la sequedad bucal.
- Gotas oculares de ciclosporina (Ikervis®): indicadas para la sequedad ocular.
Tratamiento de la afectación sistémica
- Antiinflamatorios y antipalúdicos: alivian los síntomas articulares, musculares y de afectación general.
- Corticoides: indicados en casos de afectación de órganos.
- Inmunodepresores y terapias biológicas: para pacientes que no responden a los tratamientos habituales o presentan complicaciones severas.
Los medicamentos utilizados para tratar la afectación sistémica de Sjögren son tomados de terapias empleadas en otras enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus.
Efectos secundarios más comunes
Pilocarpina
Puede causar sudoración excesiva, dolor ocular, mareos, náuseas o diarrea. No es adecuada para pacientes con enfermedades cardiorrenales graves, asma no controlada o trastornos del tracto biliar. Ocasionalmente se puede producir efectos adversos graves, por lo tanto, es recomendable el seguimiento cuidadoso del paciente.
Corticoides
Puede provocar problemas intestinales osteoporosis, insomnio, úlceras, hiperglucemia y cambios en la apariencia (cara de luna llena). Sin embargo, evita el daño autoinmune importante a órganos vitales. Los corticoides son el tratamiento inicial para afecciones graves, recomendándose altas dosis intravenosas por 3-5 días, seguidas de dosis menores a 30 mg diarios, que se reducen progresivamente hasta su retirada según la evolución clínica.
Inmunodepresores
Aumentan el riesgo de infecciones y pueden causar fiebre, dolores articulares, erupciones cutáneas, malestar, alteraciones en la sangre o en la analítica hepática. Requieren controles analíticos regulares.
Nuevas terapias
Las terapias biológicas representan un avance significativo en el tratamiento de la enfermedad de Sjögren. Estos medicamentos se diseñan para imitar moléculas del sistema inmunológico y actúan específicamente sobre los linfocitos B.
Principales fármacos biológicos
- Rituximab y Belimumab: utilizados en complicaciones sistémicas graves y tratamiento del linfoma asociado al Sjögren.
El tratamiento de la enfermedad de Sjögren debe ser supervisado por un equipo médico especializado, que combine medidas farmacológicas y no farmacológicas para mejorar la calidad de vida del paciente.
Especialistas para el manejo de la enfermedad de Sjögren
La enfermedad de Sjögren es autoinmune, sistémica y compleja que requiere la colaboración de un equipo multidisciplinar de especialistas para su diagnóstico, tratamiento y seguimiento.

Médico especialista en reumatología o medicina interna con experiencia en el manejo clínico de pacientes con enfermedades autoinmunes sistémicas y, en particular Sjögren
El reumatólogo o el especialista en medicina interna son los profesionales indicados para diagnosticar y coordinar el tratamiento del paciente con Sjögren.
Estos especialistas:
Estos especialistas:
- Realizan una evaluación integral de los síntomas.
- Indican las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico.
- Diseñan un plan de tratamiento adaptado a las necesidades del paciente.
Médico de atención primaria
El médico de atención primaria juega un papel muy importante como «puente» entre el paciente y los especialistas hospitalarios. Sus funciones incluyen:
- Detectar los primeros síntomas y remitir al paciente al especialista adecuado.
- Realizar controles regulares en casos menos complejos.
- Colaborar en el seguimiento del tratamiento indicado por el especialista.

El manejo de la enfermedad de Sjögren también requiere la participación de otros especialistas que intervienen en diferentes fases del proceso:
- 1. Oftalmólogos: para tratar problemas de sequedad ocular y prevenir complicaciones graves.
- 2. Odontólogos y estomatólogos: encargados de la salud bucodental, afectada por la sequedad oral.
- 3. Otorrinolaringólogos: manejan la sequedad nasal y faríngea.
- 4. Ginecólogos: para tratar la sequedad vaginal y sus complicaciones.
- 5. Neurólogos: para afectaciones del sistema nervioso.
- 6. Nefrólogos y neumólogos: para abordar complicaciones en riñones y pulmones.
- 7. Dermatólogos: tratamiento de lesiones cutáneas o vasculitis.
- 8. Hematólogos: en casos de linfomas u otras complicaciones hematológicas.
- 9. Aparato digestivo: para evaluar y tratar alteraciones digestivas asociadas, como reflujo gastroesofágico o disfunción hepática.

La colaboración entre estos especialistas garantiza un manejo integral del paciente, y aborda tanto los síntomas de sequedad como las posibles complicaciones sistémicas. Este enfoque también permite una mejor calidad de vida y prevención de daños orgánicos a largo plazo.
Si tienes síntomas relacionados con la enfermedad de Sjögren, consulta a un reumatólogo o especialista en medicina interna para una evaluación inicial. La detección temprana y un equipo médico experimentado son fundamentales para el manejo efectivo de esta enfermedad.